Con un renovado compromiso común en favor del diálogo y la paz, el Santo Padre Francisco deseó a los judíos del mundo un feliz, dulce y pacífico año 5774, al recibir este lunes a una delegación del Congreso Judío Mundial , haciendo hincapié en que «un cristiano no puede ser antisemita» y recordando las mismas raíces que compartimos judíos y cristianos. Después del cordial encuentro con el Obispo de Roma, un comunicado de esta organización internacional - que representa a las comunidades judías de 100 países - señaló que en relación con el conflicto en Siria, el Papa reiteró que es inaceptable la matanza de seres humanos y que los líderes mundiales deben hacer todo lo posible para evitar la guerra.
El mismo comunicado añade que el presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald Lauder, que encabezó la delegación, elogió al Papa por su compromiso inquebrantable en favor del diálogo, fortaleciendo no sólo a la Iglesia católica sino también un nuevo impulso a las relaciones con el judaísmo. Así como sus predecesores en los últimos cinco decenios, que han ayudado a superar muchos prejuicios. Y ello nos permite ahora trabajar juntos en la defensa de la libertad religiosa allí donde está amenazada y en favor de todas las comunidades afectadas.
La delegación recibida por el Santo Padre estaba integrada también por el presidente del Congreso Judío Latinoamericano. Desde su fundación en 1936, el Congreso Judío Mundial impulsa el diálogo interreligioso, especialmente con la Iglesia Católica.
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