“Sentía una alegría interior que era del
Señor. Él hablaba libremente y también yo hablaba libremente, pero se sentía la
alegría”. Con estas palabras ha descrito el papa Francisco, conversado unos
minutos con los periodistas del vuelo papal en su viaje de Cuba a México, el encuentro con
el patriarca Kirill. De este modo, ha indicado que ha sido una
conversación de hermanos: “puntos claros que nos preocupan a los dos, hemos
hablado con mucha franqueza. Yo me he sentido delante de un hermano y también
él me ha dicho lo mismo”. Dos obispos –ha precisado– que hablan de las
situaciones de sus Iglesias.
Por otro lado, el
Santo Padre ha explicado que han podido conversar sobre la situación del mundo,
de las guerras, “guerras que ahora se corre el riesgo de no ser por partes sino
de implicar todo”. Y finalmente han hablado también de la situación de la
ortodoxia y del próximo sínodo panortodoxo.
Asimismo, el Santo Padre
ha indicado que se ha hecho “un programa de posibles actividades en común
porque la unidad se hace caminando”. A propósito de la declaración que
han firmado, Francisco ha precisado que “no es una declaración política, ni
sociológica, es una declaración pastoral”.
El Papa ha
agradecido al presidente Raúl Castro la “acogida y disponibilidad”. Ha
explicado que ya habló con él sobre esta posibilidad la otra vez que se
reunieron y “él estaba dispuesto a hacer todo y hemos visto que ha preparado
todo” y por eso le ha dado las gracias.
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