El tiempo litúrgico de Cuaresma antecede a la Pascua y la prepara. Es un tiempo rico en simbologías y tradiciones bíblicas.
El número cuarenta aparece repetidas veces en la Biblia y muchas de ellas relacionadas con tiempos de prueba y preparación del pueblo o de alguno de los personajes bíblicos más importantes. Los cuarenta días de preparación de la Cuaresma recuerdan en forma inmediata al tiempo de preparación de Jesús en el desierto, previo al comienzo de su misión, pero también podemos reconocer muchos elementos comunes a otras experiencias de "cuarentena" bíblicas. Un recorrido por algunas de ellas nos brindará elementos para la reflexión en este tiempo tan importante para revisar nuestra fidelidad al Dios de la Vida.
- Cuarenta días… duró el diluvio (Gén. 7, 17)
- Cuatrocientos años… debería vivir esclavo el pueblo de Dios en Egipto (Gén. 15, 13)
- Cuarenta años… peregrinó el pueblo en el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida(Dt. 1, 1-3)
- Cuarenta días… pasó Moisés en la montaña durante su encuentro con Dios (Ex. 24, 18)
- Cuarenta días… pasó Elías en el desierto antes de su encuentro con Dios(1 Re. 19, 8)
- Cuarenta días… se preparó Jesús en el desierto antes de comenzar su misión(Mc. 1, 12-13)
La "cuarentena" como tiempo bíblico está asociado a la prueba y la renovación. Es el tiempo en el que Dios actúa para suscitar el arrepentimiento y la búsqueda de sus caminos, como vemos en las citas del diluvio, la referencia a la esclavitud en Egipto y los años errantes del pueblo rumbo a la Tierra prometida. Es tiempo propicio para la revisión de vida y la búsqueda de la fidelidad. Es tiempo de crisis en la que Dios parece distante, lejano y callado.
Pero también es tiempo de preparación, novedad y encuentro. Como lo vemos en los tres testimonios bíblicos de Moisés, Elías y Jesús. Es tiempo de fortalecimiento interior, discernimiento afanoso de la voluntad de Dios, acrisolamiento para llevar a cabo su misión. Tiempo de encuentro en el cual Dios se hace próximo, cercano, se re-vela (se pone al descubierto) para darse a conocer y para pronunciar su Palabra (que está asociada a una vocación y una misión para el oyente-interlocutor).
La cuaresma, que recoge la riquísima tradición bíblica de la preparación, es un tiempo para la búsqueda y el encuentro. Nos ofrece la posibilidad de un largo retiro espiritual que nos encamina en los pasos de Jesús y nos invita a compartir su misión de dar la vida.
Cuaresma es tiempo de discernimiento interior para morir a todo aquello que nos aleja de Dios y de los demás, que nos impide abrazar su voluntad y construirla en nuestras vidas.
Cuaresma es tiempo de purificación, que nos recuerda la tentación del egoísmo, del poder, de la riqueza, del individualismo, de la indiferencia… que lentamente carcomen y corroen nuestra fidelidad al Reino.
Cuaresma es tiempo de solidaridad activa, pues el Dios de la Vida no quiere sacrificios sino solidaridad, vida y bienes compartidos, entrega y compromiso por la Justicia , como nos lo recuerda el hermoso texto de Isaías 58, 1-14, que leemos en la liturgia de la Primera Semana de este tiempo.
Tiempo de búsqueda y encuentro. Para morir a nuestro pecado, personal y colectivo, para morir a todo lo que pone escollos, desvía o derrumba el proyecto solidario del Reino por el cual Jesús dio la vida y resucitó.
Para el compromiso personal
Las lecturas bíblicas de cada día de Cuaresma son una excelente invitación a la búsqueda y el encuentro.
Anímate a dedicar unos minutos diarios a la oración con la Biblia.
Intenta contagiar a tu comunidad para encontrar un día en la semana para hacer lectura orante con la Palabra de Dios.
Puedes incluso tomar un cuaderno y escribir en él cada día una pequeña reflexión a partir de la lectura. Verás como vas construyendo un itinerario a la luz de la Palabra que te lleva a la conversión y al encuentro con Jesús.
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